Parece un imperativo, una imposición.
Pero en realidad casi es necesario eso porque de manera espontánea, parece que es un producto o actitud muy inusual.
No en vano tenemos el relato en la Biblia del único leproso agradecido que volvió, de entre los 10 curados para reconocer y agradecer a Jesús.
Tenemos muchas razones para quejarnos, argumentos y problemas abundantes.
Pero también tenemos motivos para ser agradecidos... con Dios, con la esposa, los padres, los hijos, compañeros de trabajo, vecinos, etc.
Cuando el hábito de ser agradecidos, de decir "GRACIAS" deja de funcionar... nos transformamos en personas amargadas y sin pasión.
La gratitud no me quita nada... y me da mucho.
"Intenta hoy ser agradecido con algo o con alguien...
...es terapéutico"
Arnoldo Wiens
Director de RCI
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